La "Sala Gótica" del Alcázar de Sevilla pasa un tanto desapercibida para los visitantes, convirtiéndose a veces en un simple lugar de tránsito entre el palacio mudéjar y los jardines.
Para mí es un sitio muy especial, cargado de historia (en él se celebró la boda real entre Carlos I e Isabel de Portugal) y que alberga un tesoro impresionante: sus azulejos.
Cristóbal de Augusta en 1577 se encargó de decorar la enorme sala con paños de cerámica de dos metros de altura. Merece la pena recorrerla despacio e ir disfrutando de todos sus detalles.
Y de entre ellos siempre hubo uno que me gustó especialmente... "Pensamiento".
Así que en mis tiempos de vivencia serrana y de clases de barro de mi extrañable Monse, me embarqué en hacer de mi Pensamiento...Cerámica.
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