Mediodía, con el puente de Triana al fondo, me dispongo a dibujar a un pescador en el río....
Lo que se preveía relajado, fácil y tranquilo, se volvió pura desesperación....
En la vida imaginé lo que puede moverse un pescador... El hombre no paró quieto un segundo. Se agitaba, se levantaba, cogía una cosa, soltaba otra.... Prácticamente me lo tuve que inventar, porque parecía tener "el baile de San Vito"... Eso sí, la caña estaba tan recta como la dibujé... Puro arte en horizontalidad.
Y para finalizar, apareció una rata que casi se me tira de la silla del susto...
Así que sin terminar cogí mis bártulos y salí pitando poco pronto....
Y es que esto de pescar es deporte de riesgo....
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